PRIMERA FIGURA
He aquí reprensentado el corazón de un hombre que sirve al pecado y
Se deja dominar por Sanatás.
Este es el estado del corazón de un hombre mundano, que se entrega
al vicio y vive conforme al espiritu que gobierna este siglo, el espiritu que
ahora obra en los hijos de desobediencia (Efesios 2:2).
En el rostro se ve dibujada la ligereza o la sensualidad.
No se inquieta por causa del ,pecado que notiene nada por ilicito, sino que
Se deleita con todo lo que decea un corazón depravado y se entrega a una
Vida desordenada sin tener en cuenta a Dios , ni la eternidad, ni el juicio.
En este corazón reside Satanás junto con su séquito, que sin los siete pecados mortales
Simbolizados por los animales.
El pavo real, cuya cola de largas plumas con matices de oro y azul, se abre en abanico;
Supera a todas las demás aves en orgullo y representa la altivez, pecado que debido a ciertos
Méritos, talentos o gracias o a causa de riquezas, hermosura o altos puestos de honor, todo
Lo cual son favores inmerecidos de Dios , induce a tantas personas o bien a complacerse en
Sí mismas envanecerse como si fuesen mejores que sus semejantes, o bien a tener en poco,
Despreciar y oprimir a los demás.
El Macho cabrio , animal hediondo y lujurioso, personifica la concupiscencia y toda suerte de
Impurezas.
El cerdo, es el símbolo de la intemperancia, gula, embriaguez y relajacion.
El sapo , reptil que se alimenta de inmundicias, simboliza la avaricia que impulsa a los
Hombres a codiciar con afán insaciable los bienes terrenos.
La serpiente,que envidiando la felicidad de nuestros primeros padres, los engaño y sedujo, es fiel representación de la envidia y de la malignidad.
El tigre, que es una de las bestias mas fieras y crueles,representa la ira y malicia que mueven
A los hombres a cometer hechos caracteristicos de tan feroces animales.
La tortuga, que se arrastra lentamente, recuerda la pereza y tibieza, vicios que que privan al hombre de todo celo y de toda propension al bien.
EL ESPIRITUSANTO, expulsado del corazón, se ha retirado; sin embargo, no deja de brindar al pecador sus gracias y sus dones, representados por llamas de fuego que aparecen en torno del corazón; pero no halla entrada, estando éste lleno de abominación , de pecado y sometido enteramente al poder de Satanás.
SEGUNDA FIGURA
EL CORAZÓN DE UN HOMBRE ARREPENTIDO.
La gracias preveniente de Dios, simbolizada por el ángel,le convence por medio de la palabra Santa que “ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se
Echan con varones, ni los ladrones, ni avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de Dios (l Corintios 6:9-10).
El pecador horrorizado y tembloroso reflexiona, examina su corazón y no encuentra en él sino pecado y abominacion.
Se duele del pecado, lo aborrece y desprecia ; quisiera librarse de él, mas siente el poder del pecado,reconoce su propia debilida de inclinación al mal, y exclama desde el fondo de su corazón: “Miserable hombre de mí ¿ quién me librará del cuerpo de esta muerte?”(Romanos 7:24).
LA TERCERA FIGURA
EL corazón de un hombre que cree en Cristo
El pecador ya dispuesto a arrepentirse, y contristado a la vista de sus pecados, derrama amargas lágrimas de contrición.
Ahora se cumple en él aquella promesa Bíblica: “EL sana a los quebrantados de corazón,
Y venda sus heridas”(Salmo 147:3).
EL Ángel, o sea la gracia divina, se aproxima al Alma le revela el Evangelio de Jesucristo que comunica la salutífera noticia que el Hijo de Dios vino al Mundo para Salvar pecadores tales como él, que Cristo murió por ellos para alcanzarles la vida eterna.
Vemos en este corazón una estralla resplandeciente , sino de la FE en él encendida.
Los enemigos de su salvacion, los animales fétidos, Satanás y su comitiva, han desaparecido de aquel recinto, y de este hombre se puede decir como de los fieles de corintio:”Y esto erais algunos: mas ya sois lavados, mas ya sois santificados , mas ya sois justificados, en el nombre
Del Señor Jesús , y por el Espíritu de nuestro Dios “(l Corintios 6:11).
¡Oh, cuán gloriosa, cuán bendita y deleitosa es la condición del Alma de un pecador perdonado! No puede menos de prorrumpir en cánticos de alabanza.
Rebosa de la alegría que siente en su Salvador y en la posesión de su gracias; todas sus fuerzas son insuficientes para ensalzar debidamente el amor y la misericordia divinos; parécele que la éternidad no será bastante larga para la alabanza que quisiera tributarle al Autor de su Salvacion .Amen.
